quarta-feira, 24 de dezembro de 2014

El pecado de la devoción

El tiempo pasa… Y continuamos hablando, y hablando, y hablando sobre el Reavivamiento y la Reforma. ¿Hasta cuándo? ¿Cuándo va a terminar esto? Recientemente, aquí donde trabajo, el pastor Moisés Mattos predicó un sermón mostrándonos que mientras los seguidores de Cristo están preocupados por el tiempo en relación con Su venida, al Maestro le gustaría que los mismos se preocupasen por el reavivamiento para Su venida (Hechos 1:6-8). ¿No sabemos eso?
Lo recuerdo como si fuera hoy. Yo dirigía una combi blanca entre Monte Mor y Capivari (SP) y conmigo estaban dos colegas más. Discutíamos sobre el por qué de los sermones tan débiles espiritualmente. Fue cuando mi amigo Rodrigo Bertotti comentó: “¿No es solo intensificar la comunión a través de la oración, del estudio de la Biblia… en fin, de la devoción personal? Pero si solo es eso, ¿por qué no lo hacemos?” ¡Qué cosa!
Más de una década después, estuve en un evento de la Iglesia donde el teólogo Amim Rodor cuestionó exactamente sobre eso. Entendí de él que uno de los mayores problemas de nuestra campaña para el Reavivamiento y la Reforma es hacer tanta campaña al punto de no hacer lo que sabemos que debería ser hecho. Hace un mes que asistí a aquella conferencia, y eso todavía está martillando en mi mente. ¿Sería lo que otro teólogo, Márcio Costa, dijo en un encuentro que tuvimos esta semana en Porto Alegre sobre “el pecado de la devoción” refiriéndose a la irónica situación de los fariseos de perder la salvación al buscar la santidad? Responda usted.
Lo que sé es que quedo muy triste con los elogios que recibo de mis queridos oyentes del programa “Reavivados Por Su Palabra”. Reconozco el cariño de cada uno de estos amigos. Pero lo que me entristece es lo que comentan: “Me gustó mucho su programa”, “Usted habla bien”, “Escucho el programa todos los días”, etc. Todavía nunca comentaron: “Estoy haciendo la lectura bíblica del día”, “Estoy leyendo más la Biblia”, “Estoy buscando el reavivamiento”… Entonces, al recibir el elogio de aquella primera línea de comentarios, provoco la reacción a esta segunda categoría con preguntas del tipo: “Y usted, ¿ya hizo su lectura de hoy?”, “¿Está leyendo la Biblia buscando quedar realmente reavivado por la Palabra?”, “¿Está haciendo la lectura bíblica diaria, hermano?” La respuesta casi siempre es: “Eh… lo debo hacer”. Ya dijo todo. Pero así es. Si estuviese buscando realmente quedar reavivado no precisaría oír tal programa en la Radio Nuevo Tiempo.
Actitud
Si estuviésemos luchando verdaderamente por la reforma no precisaríamos de esta columna donde, ahora, usted está leyendo el presente texto. Pero aquí estamos. Hoy por la mañana me sentí fuertemente tentado a escribir este texto antes de haber hecho mi lectura bíblica, de haber estudiado la lección de la Escuela Sabática, de haber pasado tiempo en oración, de haber orado con mi esposa… Para mí, esta es la mayor de todas las tentaciones para todos los cristianos: no hacer la devoción personal. Si el diablo le hiciera caer en ésta, usted ya estará derribado para las demás. Buscar el reino de Dios en primer lugar es mucho más que un discurso. Es una disciplina de constante esfuerzo habitual. ¡Insustituible!
¿Vamos a buscar la verdad? Deje de imaginarse una persona “sofisticada” y reconozca que necesita decir “Padre Celestial”, dijo el pastor Marcos Bomfim a nuestro grupo de pastores estudiantes de maestría, cierta vez, allá en Bahía. Si es tan simple, deshaga la complicación. Deje las mil y una cosas, pensamientos, preocupaciones, planteamientos y pérdidas de tiempo y quédese con lo obvio, que es lo vital. Pase mucho tiempo en oración, abriendo el corazón a Dios como a un amigo. Levántese de orar solamente cuando tenga la certeza de que está salvo. Mantenga esta salvación a través de bastante lectura bíblica. Transmita esta salvación desde el culto familiar hasta la práctica intencional y activa del testimonio personal. No tiene para dónde correr. No hay que reinventar. ¡Es solo eso!
Pero eso es todo.

segunda-feira, 22 de dezembro de 2014

¡Vacaciones hasta de Dios!

Me choca lo que yo mismo acabo de escribir: “Reavivados de Vacaciones”. Voy a explicar. Escribo y grabo los programas “Reavivados Por Su Palabra”, en casa (en Rio Grande do Sul), y envío el material del contenido sin procesar, para ser editado y puesto al aire en la sede de Nuevo Tiempo (SP). Como el programa es diario, hago eso semanalmente; mando un promedio de siete cada vez. Sucede que esta vez, envié 41 programas de una sola vez. Entonces, entré en Facebook y creé una charla colectiva con mis tres productores de Jacareí para verificar si estaba todo “ok” con el material. Cuando el Face me solicitó colocar un nombre a la charla, le di el título de “Reavivados de Vacaciones”. Hasta ahí todo bien, por tratarse de la provisión por adelantado de trabajo suficiente para que no falte nada durante las vacaciones. Pero, los reavivados ¿toman vacaciones? Sí, ese término finalizó llevándome a reflexionar en realidades más profundas sobre nuestra condición de “Reavivamiento y Reforma”.
Desde que pasé a ser pastor de iglesia, hace años vengo observando un fenómeno interesante. Es muy común que en los meses de diciembre a febrero las entradas financieras de una congregación sufran bajas. Y eso es intrigante. ¿Por qué aquellos que son dadores regulares durante los otros nueve meses del año, entregarían menos ofrendas y diezmos justamente en los meses en los que hay inclusive más dinero en sus manos? ¿Sería porque el mayor volumen de dinero los llevaría a la tentación de no dar? ¿Estarían viajando y donarían en otras iglesias? ¿No estarían suficientemente instruidos para administrar una cantidad monetaria un poco mayor? ¿Los gastos extra mensuales típicos de fin y principio de año estarían debilitando más sus bolsillos? Después de buscar hipótesis tras hipótesis, que al revelarlas siempre me decepcionaban con un “no”, encontré un “especialista” que me dio una respuesta convincente.
Ese colega era un pastor designado para trabajar exclusivamente con la Mayordomía Cristiana, atendiendo a todas las iglesias de una gran área geográfica. Y él me explicó que el problema sí estaba relacionado con Mayordomía Cristiana, pero no con los “Diezmos y Ofrendas”. Entonces me mostró algunos estudios que apuntaban a un tipo de “vacaciones de Dios”. Yo me asusté. Al llegar el verano, la rutina de vida cambia. Algunos trabajan más, pasando a tener dos o tres empleos, para aprovechar el mercado reactivado y hacer su provisión anual (o conseguir una “extra” para reducir sus deudas). Otros dejan de trabajar por algunos días o semanas. Y aun otros hacen ambos. Desgraciadamente, el cambio temporario de quehaceres cotidianos también ocurre con la costumbre de las disciplinas espirituales. ¡A raíz de la infidelidad viene la falta de devoción!
La comunión con Dios no sucede por un pase de magia. La lectura bíblica, el tiempo de oración profunda, la alabanza y el testimonio personal son el pan de cada dia. El día en que usted no come, o come mal, el organismo lo pasa mal. Muchos días sin comer, o sin comer bien, traen debilidad, enfermedad, falta de poder y apostasía. Y eso no puede suceder solo porque usted apretó la tecla de “pausa” para algunos otros usos diarios. La narrativa bíblica está repleta de héroes de la fe que cayeron al bajar la guardia (Abrahán, Moisés, Sansón, Saúl, etc.), inclusive y muchas veces, después de grandes experiencias espirituales (David, Elias, Pedro, Judas, etc.). Algunos se volvieron a levantar, pero otros dejaron, para siempre, de ser héroes. Y esa tentación al fracaso sigue golpeando la puerta de los creyentes que, generalmente, ponen a Jesús en el cajón justamente el sábado o el domingo de noche, después de haber tenido “un dia de adoración”.
Espero que, como yo, usted también tenga la oportunidad de descansar este verano. En cuanto a su trabajo, ¡haga eso! Pero no en cuanto a su fe. El mandamiento de Jesus dado en Mateo 6:33 significa que la devoción personal es prioridad por encima de la recreación, del ocio, del placer y del descanso. Al hacer viajes largos, vaya escuchando audios que le hablen de Dios. Lleve material evangelístico y vaya repartiendo. Al levantarse (tal vez no tan temprano), haga su culto personal. Si fuese a trabajar doble, haga como Lutero, que entonces oraba el doble. En su búsqueda, al armar el itinerario, incluya las iglesias. Siga cuidando de su salud, pues al fin, dar recreo al resto del cuerpo y no al sistema digestivo seria una aberración. En su descanso, incluya música cristiana. Continúe leyendo la Biblia diariamente y no pierda los cultos. “Velad, pues en todo tiempo orando…” (Lucas 21:36). El reavivamiento y la reforma no tienen pausa. El amor y el cuidado del Señor por usted no tienen descanso. Tome vacaciones, ¡pero no de Dios!

sábado, 20 de dezembro de 2014

Férias até de Deus!

Acabo de ficar chocado com o que eu mesmo terminei de escrever: “Reavivados de Férias”. Vou explicar. Escrevo e gravo os programas “Reavivados Por Sua Palavra”, em casa (no Rio Grande do Sul), e envio a matéria bruta do conteúdo a ser editado e colocado no ar para a sede da Novo Tempo (SP). Como o programa é diário, e faço isso semanalmente, mando uma média de sete a cada vez. Acontece que, desta vez, enviei 41 programas de uma vez só. Então, entrei no Facebook e criei uma conversa coletiva com meus três produtores de Jacareí para checarmos se estaria tudo “ok” com o material. Quando solicitado pelo Face para nomear a conversa, dei o título de “Reavivados de Férias”. Até aí tudo bem, por tratar-se da provisão antecedente de trabalho suficiente para não faltar nada durante as férias. Mas os reavivados tiram férias? Sim, esse termo terminou me levando à reflexão de realidades mais profundas sobre nossa condição de “Reavivamento e Reforma”.
Desde que passei a ser pastor de igrejas, há anos venho observado um fenômeno interessante. É muito comum que nos meses de dezembro a fevereiro as entradas financeiras de uma congregação sofram baixas. E isso é intrigante. Por que aqueles que são doadores regulares durante os demais nove meses do ano entregariam menos ofertas e dízimos justamente nos meses em que há mais dinheiro, inclusive em suas mãos? Seria por que o volume maior de dinheiro os levaria à tentação de não doar? Estariam viajando e doariam em outras igrejas? Não estariam instruídos o suficiente para administrar uma quantia monetária um pouco maior? As despesas extras mensais típicas de fim e começo de ano estariam minando mais os seus bolsos? Depois de perseguir hipótese por hipótese e, ao desvendá-las, sempre me decepcionar com um “não”, encontrei um “especialista” que me deu uma resposta convincente.
Esse colega era um pastor designado para trabalhar exclusivamente com a Mordomia Cristã[1], atendendo a todas as igrejas de uma grande área geográfica. E ele me explicou que o problema estava sim relacionado à Mordomia Cristã, mas não no assunto “Dízimos e Ofertas”[2]. Então ele me mostrou alguns estudos que apontavam para um tipo de “férias de Deus”. Eu fiquei assustado. Ao chegar o verão, a rotina da vida muda. Alguns trabalham mais, passando a ter dois ou três empregos, para aproveitar o mercado aquecido e fazer sua provisão anual (ou conseguir um “extra” para quitar dívidas). Outros param de trabalhar por alguns dias ou semanas. E ainda outros fazem os dois. E, infelizmente, a mudança temporária de afazeres cotidianos também acontece no costume das disciplinas espirituais[3]. A raiz da infidelidade vem da indevoção!
A comunhão com Deus não acontece num passe de mágica. Leitura bíblica, tempo de oração profunda, prática de louvor e testemunho pessoal são o pão de cada dia[4]. No dia em que você não come, ou come mal, o organismo passa mal. Muitos dias sem comer, ou sem comer bem, trazem a fraqueza, a enfermidade, a falta de poder, a infidelidade, a apostasia. E isso não pode acontecer só porque você apertou a tecla “pause” para alguns outros usos diários. A narrativa bíblica está repleta de heróis da fé que caíram ao baixar a guarda (Abraão, Moisés, Sansão, Saul, etc.), inclusive e muitas vezes, após grandes experiências espirituais (Davi, Elias, Pedro, Judas, etc.). Alguns se reergueram, mas outros deixaram, para sempre, de ser heróis. E essa tentação ao fracasso continua a bater à porta dos crentes que, geralmente, colocam Jesus na gaveta justamente no sábado ou domingo à noite, após terem tido “um dia de adoração”.
Espero que, como eu, você também tenha a oportunidade de ter um repouso neste verão. Quanto ao seu trabalho, faça isso! Mas não quanto à sua fé. O mandamento de Jesus dado em Mateus 6:33 significa que a devoção pessoal é prioridade acima do recreio, do lazer, do prazer e do descanso. Ao fazer longa viajem, vá ouvindo áudios que lhe falem de Deus. Leve material evangelístico e vá distribuindo. Ao levantar-se (talvez não tão cedo, rsrsrsrs), faça seu culto pessoal. Se for trabalhar dobrado, faça como Lutero, que então orava em dobro. Na sua pesquisa para montar o roteiro, inclua as igrejas. Continue cuidando da sua saúde, pois afinal, dar recriação ao restante do corpo e não ao sistema digestivo seria uma aberração. No seu relaxamento, inclua músicas cristãs. Continue lendo a Bíblia diariamente e não perca os cultos. “Portanto, fiquem vigiando e orem sempre” (Lucas 21:36). O reavivamento e a reforma não têm pausa. O amor e o cuidado do Senhor por você não têm descanso[5]. Tire férias, mas não de Deus!

[3] Foster, Richard, Celebração da Disciplina: O Caminho do Crescimento Espiritual. (São Paulo: Editora Vida, 2007).
[5] João 5:17; 1Coríntios 13:8.

Fonte: http://noticias.adventistas.org/pt/coluna/valdeci-junior/ferias-ate-de-deus/

terça-feira, 9 de dezembro de 2014

Feliz Natal!!!!!!!!!!!!

O clima da festa sempre chega antes! Portanto, mesmo umas duas semanas antes da chegada do aniversário do Rei Menino, eu já quero lhe desejar um...



Feliz Natal!

Pr. Valdeci Jr.

sexta-feira, 5 de dezembro de 2014

Relatório Quadrienal da Associação Central Sul Rio-Grandense da Igreja Adventista do Sétimo Dia

Relatório Quadrienal da Associação Central Sul Rio-Grandense da Igreja Adventista do Sétimo Dia - Apresentado em assembléia geral da reunião quadrienal em dezesseis de Novembro de 2014.



Um abraço,
Pr. Valdeci Jr.